lunes, 9 de abril de 2012

Huele a despedida.

Y conmigo podrías tener hasta las lunas de Júpiter. Pero entonces sería yo quien se quedaría sin nada.
Agrietada. Hueca. Vacía.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado. De hecho, la he puesto en twitter. Citándote, por supuesto.
    Un besito preciosa.

    ResponderEliminar
  2. Debería haber un límite para todo. Límite entre querer y quererse a uno mismo. Límite entre destrozarse y lamentarlo. Y así no hacernos tanto daño gratuito... Una barrera invisible en que tu propio cuerpo dijera "de aquí no paso". Que el amor es cosa de dos.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado mucho. Cuando estás enamorado no hay límite para nada!

    ResponderEliminar
  4. ¡¡Noooooooooooo!! Jamás te quedes vacía, es de las sensaciones más horribles. Vuela hasta esas nubes de Júpiter y baila hasta olvidar el por qué de esa locura.
    (Te tenía abandonada madame, perdóneme).
    -Besos fuertes.

    ResponderEliminar
  5. me ha gustado mucho la entrada :D mientras seas júpiter, deja a los satélites que merodeen hasta que venga quien se los merezca.
    he leído la del 20 de marzo y me ha matado, sobre todo el final, porque todos negamos todo hasta que llega un punto en el que por fin una se dice para sí "oh Dios, estoy jodida. "
    un saludo ;)

    ResponderEliminar

Esta noche te espero mirando al sol ¡Venga valiente, salta por la ventana!