lunes, 24 de noviembre de 2014

Ya verás

Ese momento en que él no sabía que estaba detrás de aquel tipo, y en realidad, ya no estaba cuando me encontró. Parecía despistado y su frente se quedó sin argumentos. Aproveché un pestañeo para desaparecer entre el alcohol y la gente. No volvió a verme aunque estábamos a un metro y diez suspiros. Jugamos al escondite casi rozándonos. Me disfracé de aire. Y nunca volvió a encontrarme.


Te vi mientras no me veías
y aunque no lo sabías,
mis ganas casi te mordían
la nuca
y te rasgaban a tiras
el corazón.
La lejanía ya no era,
y los celos me ahogaban,
pero entre nosotros no existía ella.

Y si esto fuera una broma del tiempo,
que aquel día que no pasó nunca fue,
que no he perdido ocho años
y sumando,
buscándote en cada frase,
en canciones compuestas para ti
y en la escarcha del verano.

Cuando me preguntan
me encojo y miento que fue hace tanto
que ya no lo recuerdo,
que he borrado tu número,
que no sé quién eras.
Y me río.
Y bosteza el dolor.

Pero en la penumbra de la gente
observo cada movimiento de tus yemas,
me rindo en la lucha contra tus ojos
que siempre ganan,
aniquilan mi olvido y desaparece.
Y me pregunto por qué
dejaste que me escapara,
sabiendo que podíamos haber muerto
en cada rincón de tu cuerpo.
Y decidimos sobrevivir.
A cuatrocientos kilómetros de mí,
a cuatrocientos suspiros de ti.

Cuántas veces he cosido los sonidos
de momentos intangibles,
a cuenta gotas.
Dónde está esa vida que no tuvimos,
alguien secuestró las horas que me pertenecían,
alguien hurtó los orgasmos que yo conquisté,
alguien está viviendo mi vida.
Y la que me queda es templada
y deshilachada.

Ya no sé qué tengo que hacer
para que me den igual tus risas
al fondo del bar.
Ya no sé qué tengo que hacer
para no temblar de hambre
por preguntarte qué tal,
cómo te van los domingos
y los martes y los recuerdos,
cómo te sientes destruyendo
cosas que empiezan por pe.
Ya no sé qué tengo que hacer
para no escribirte

ni pensarte.




2 comentarios:

  1. Qué decirte... quedo sin palabras, es una maravilla. El espacio, la voz, las palabras, lo que llevan dentro. Esa forma de estar ahí, inmediata y tan distante, rozando e inasible. Esa forma de contarlo.
    En fin... sin palabras.
    Un beso :)

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado. Ocho años. Dios Santo. ¿Dónde quedan mis tres? En nada. Ocho. Dios mío.

    Un abrazo de los entrometidos.
    P.

    ResponderEliminar

Esta noche te espero mirando al sol ¡Venga valiente, salta por la ventana!