Siempre me han gustado esas películas
tristes y viejas, como solía llamarlas él. No entendía la diferencia entre
viejo, antiguo y encantador. Tampoco se esforzó nunca por comprenderlo. Decía
que era rara. Bueno, tal vez un poco sí lo fuera. O al menos si entendemos rara
como alguien que no encaja en la estupidez humana. No es que no fuera estúpida.
Lo soy, bastante. Podría ganaros en estupidez a cualquiera de vosotros.
Soy de las que van directas y sin frenos al agujero de gusano y de las que
aprietan el gatillo bajo su mismo techo. Pero es mi estupidez, no la vuestra. Y
me gusta. Luego se puso de moda lo retro y los cuellos vintage. La gente se
compraba camisetas de Marilyn Monroe sin haber visto jamás una película suya.
Pero él seguía pensando que la extraña era yo.
Lo que no os he contado es que le ponía mi excentricidad. Le excitaba que le pidiese acompañarme a un concierto de esos grupos que nadie conoce. Le excitaba mucho. Y cuando digo mucho, es muchísimo. Mientras me comía la pista, él se volvía loco. Follábamos en exceso después de bebernos seis Red Vintage, porque también se pusieron de moda. Pero no me extraña.
Fueron días que parecían vidas. El mundo era bonito y su sonrisa un montón de puentes. Tendríais que verla. Era compulsiva. Después, cuando al efecto invernadero lo dimos por perdido, para él ya no era insólita. Sino que era una lunática y enfermiza. Quería cortarme las llaves y los tacones para que no saliese de fiesta. Que prefería quedarse en casa jugando a las cartas, todas las noches. Luego también fueron las tardes. Y los saltos que daba en la calle dejaron de gustarle. Me tapaba los labios cuando cantaba a todo volumen y me obligaba a comer cuando estaba a dieta. Decía que estaba muy flaca, que ya no era guapa. Me reprochaba lo complicada que era, y por supuesto, yo no tenía nada que objetar. No discutíamos, discrepábamos. Yo no estaba dispuesta a cambiar quien solía ser. Él tampoco. Seguí saliendo hasta las siete, bebiendo ginebra y no acordándome de nada. Seguí con mis canciones ininteligibles de Los Planetas, con películas trágicas y con series del tirón hasta el amanecer. Seguí usando esas botas que no le gustaban y echándome Chanel. Seguí mordiéndome las uñas y odiando los números. Seguí durmiendo con el pelo recogido y tres edredones. Seguí perdiendo autobuses y llegando tarde. Seguí siendo hermética y enrevesada. Seguí siendo yo misma.
La última vez me dijo que nuestros cuerpos estaban desintonizados. Ya veis qué metáfora más ridícula. No había por dónde cogerla. Al menos podía haber ideado una mejor, no os penséis que no le di tiempo. Le di una vida y una semana, trescientas sesenta y cinco horas al día, para que encontrase la metáfora perfecta para nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos no se movían en sintonías distintas, lo que le pasaba a nuestros huesos es que estaban enmarañados. Como el pelo, después de un orgasmo. Y aunque a nuestra manera nos queríamos, nuestros cuerpos, asfixiados, pasaron a ser analógicos. Y ya nada pudo salvarlos del óxido.
Pero él nunca logró entenderlo. Tampoco lo intentó.
Ni lo intentará... ni se molestará en intentarlo porque para él eres menos que nada.
ResponderEliminarDe esas desincronizaciones que no analogías habría que huir desde la primera tarde en casa con el edredón impuesto y sin los tacones... pero nunca es tarde para hacerlo.
Estos vampiros emocionales no cambian, y además les atraen como la miel a las abejas este tipo de mujeres llenas de vida, y ahí está el fallo, si creíste alguna vez que tú y lo que sentías, le importaba algo, ya que a él ni le importaba lo más mínimo. Es más, de confesarle lo que más te molestase de su conducta y lo que menos entendieses, hubiese insistido en dolerte aún más ahí donde más te doliese con su indiferencia, celos, silencio, desprecio... y un largo etcétera.
Lo mejor es calzarse los tacones y bailar con alguien que sepa seguirte el ritmo cuando baile contigo, y que se esfuerce, aunque no sepa bailar. ;)
Bss, Carruselilla.
No podría haberlo dicho mejor que tú. Tampoco habría podido denominarlos mejor: vampiros emocionales es el concepto que habría estado buscando.
EliminarProbablemente importase, quién sabe cuándo, quién sabe cómo; pero el problema está en saber cómo manejar los cambios de esos sentimientos.
Y como dices, ¡los tacones y a bailar! Al final, lo único de lo que podemos estar seguros al cien por cien, es de nuestra sonrisa. Por eso no hay que perderla nunca :)
Un besito, bonita.
Yo creo que los seres humanos suponemos, sin ningún asidero, la compatibilidad absoluta con nuestra pareja. No damos importancia a las diferencias, que podrían ser mínimas con cualquier otra persona, pero pueden ser insalvables con quien compartimos un proyecto de vida.
ResponderEliminarNadie nos enseña, ni nos advierte de la importancia de la compatibilidad, ni de lo difícil que es la convivencia, aún entre buena gente, aún entre gente que se quiere.
Un beso grande
Yo creo que aunque nos lo advirtiesen desde el primer día, sería un factor que no determinaría la decisión de estar o no con esa persona. Creemos que podemos vencerla, o lo que es peor, amoldarla. Pero es un espejismo. Podemos acomodar otras circunstancias como la convivencia o el temperamento. Pero la compatibilidad... no sé. De todas formas, lo bonito es intentarlo aunque esté condenado al fracaso. Siempre.
EliminarUn besito, Carl.
Te superas.
ResponderEliminar"Y ya nada pudo salvarlos del óxido."
Un beso enorme, bonita.
¡Para nada, bobo!
EliminarUn besito :)
Me ha encantado, sin palabras... Creo que existen personas que no están destinadas a estar juntas y aunque a veces lo raro se hace llamativo cuando nos supera por mucho tiempo acabamos por odiarlo.
ResponderEliminarBesos.
Hay cosas inevitables y luego, están las insalvables.
EliminarUn besito.
Así, con "estupidez" confesa y todo, con esas viejas películas para disfrutar, pareces alguien con la que daría gusto sintonizar. Huesos incluídos.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre es un placer sintonizar.
EliminarMe encanta, de todos tus escritos este es el que más me ha gustado. A mi también se me va el bus siempre, y no creo que eso nunca cambie.
ResponderEliminarAlguna vez, espero que los autobuses esperen por ti :)
EliminarEsas personas que de alguna manera intentan cambiarnos, que pierden el interés... no merecen la pena. A veces simplemente todo lo que parecía estar predestinado no lo está, y es mejor que se acabe a tiempo. Aunque claro, hay metáforas y metáforas, y el tío no parecía tener demasiada imaginación.
ResponderEliminar*abrazos*
Pienso que aunque duela, es inevitable perder el interés. No creo que esa persona lo hubiese hecho a propósito. Son cosas que suceden, incontrolables. Pero estás en lo cierto. No merece la pena doler por él.
EliminarUn besito grande :)
Supongo que no siempre puede durar siempre. En eso de cambiar... no sé, creo que todos debemos cambiar poco a poco y ser la misma persona al mismo tiempo. Aunque lo parezca no es contradictorio, se trata de evolución, crecimiento. Pero esencialmente no debemos cambiar, eso sí, el que es un poco payaso debe seguir siéndolo, quien es más bien serio debe seguir siéndolo, pero eso no quiere decir que no podamos transformar o mejorar algunas cosas de nuestra personalidad. Creo que en el sentido en que lo cuentas nadie debe hacer cambiar a nadie, sin embargo, estar y vivir con alguien a quien quieres que te quiere, en cierto modo te debería transformar algo en el sentido de potenciar y aflorar aquellas partes mejores de ti.
ResponderEliminarUn beso :)
Estoy de acuerdo contigo. Tenemos que acomodar nuestra personalidad a la de los demás. De eso se trata; de aprender las bonitas cosas que las personas pueden enseñarnos. Pero nunca perdiendo nuestra esencia, nunca hacernos daño a nosotros mismos por cumplir las exigencias ajenas.
EliminarEstoy contigo en todo :)
Un besito, RH.
Y de eso que se libra. Relaciones tóxicas que no llevan a ninguna parte, porque la una intenta cambiar a la otra, por mucha química o física que haya... O simplemente porque eso, porque no llega a haber la "conexión" adecuada, porque se habla en diferente idioma...
ResponderEliminarBesos
El mundo está lleno de toxicidades; y muchas veces no nos damos cuenta de las que nos rodean a nosotros mismos. Hay faltas de conexiones que se pueden reconducir; las hay que siempre serán inadecuadas. Y es mejor apartarlas.
EliminarUn besito :)
Un texto precioso. No hay nada más que añadir.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias :)
EliminarDe ese tipo de 'raras' que a mi me enamoran. Ana(i)lógicamente...
ResponderEliminar¡Mientras que a otras personas les espanta!
EliminarUn besito.
Acabasteis oxidados pero al menos no acabaste con tus ganas de seguir siendo tú misma. Y aunque quede un sabor de boca agridulce créeme que se tapa con un par de Red Vintages en buena compañía.
ResponderEliminarUn besito gigantesco para ti, bonita.
PD: Genial entrada :)
Tienes toda la razón. Una buena cerveza puede camuflar hasta el más agrio de los colores. Nunca hay que dejar de ser uno mismo. En caso contrario, nos perderíamos.
EliminarUn besito, guapita :)
El oxido nos acecha a todos, y nos encuentra, de hecho hay quienes eligen no verlo y siguen adelante con todo.
ResponderEliminarDejando de lado que eso no es bueno, y que lo venga después tampoco podrá serlo.
Que inda forma de escribir, me gusta mucho.
Te sigo, un beso!!
Hay que saber ver el óxido, pero también saber cómo manejarlo.
EliminarMuchas gracias jiji
Un besito :)
Que texto mas bonito, me gusta mucho. Hay veces que dos personas no estan destinada ha estar juntos... pero bueno asi es la vida
ResponderEliminarun beso y si quieres pásate a mi blog http://sonrieporquetupuede.blogspot.com.es/
Qué se le va a hacer :)
EliminarLa verdad es que el texto es bonito, si^^
ResponderEliminarGracias por pasarte
Saludos
Qué lástima... Relaciones extrañas, de las que es mejor salir... u.u
ResponderEliminarYo también me quedo, gracias por tu visita :D
Yo sí que he quedado enmarañado en tus palabras. Sin posibilidad de poder desenredarme porque no quiero. Si te leyera en papel me gastarías el rotulador de subrayados, insisto. Saludos.
ResponderEliminarLo de no cambiar es todo un logro porque en todo proceso de oxidación siempre se transfiere algo.
ResponderEliminarBuenas noches! De primeras decirte que escribes de vicio! es puro amor leerte y perderse entre estas líneas, pero principalmente te escribía para que sepas que hay una chica, que conozco, que tanto en facebook como en un blog personal que tiene, y tal, esta copiando textos tuyos o fragmentos y de más blogs, literalmente, y me saca de quicio, mismo de esta entrada tuya, los dos últimos parrafos... Puede parecer mejor o peor, pero soy de las que piensa que si se copia algo se nombra al autor, o de entrecomilla para no dar a entrever que es propio.... Sigue escribiendo, un saludo.
ResponderEliminarY quedan los recuerdos de esas vidas que tuvieron pero que dejaron de ser. En toda relación es necesario cierto cambio, pero hay esencias intocables, porque no todo esta en juego o a la venta. El óxido parece haberlo tocado todo, desnudándolo hasta los huesos. Quizás lo más importante sea seguir siendo esa chica rara de razones inexplicables y excentricidad desmedida...
ResponderEliminarTus comentarios me llenaron de ilusión y alegría, porque siempre es algo bueno encontrar una compañera en este viaje de letras y sentimientos.
Te dejo un abrazo en esta noche de vientos rebeldes y veloces! Nos leemos pronto :)
Es complicado mantener viva la llama de las relaciones "ideales" durante mucho tiempo. Como cantaba "aquella": "se os murió el amor de tanto usarlo".
ResponderEliminartDejo un beso, Miss.
¿Por qué no conocía la existencia de este lugar?
ResponderEliminarTe superas, en serio. Increíble texto, qué identificada me he sentido... ¡Y como odio a ese tipo de personas! En fin... ya mismo me estoy poniendo al día de todo lo que has publicado.
Un besito, Miss Carrousel ♥
¿Cómo no te leí antes? maravilloso blog, hermosas palabras. Estoy asombrada por lo perfecto que es tu texto.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. El miedo ya no tiene lugar. Beso grande reina.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo se que he hecho! Se ha borrado.
ResponderEliminarBueno, pues escribo otro.
Me ha encantado leerte. Lo que escribes es precioso.
Tu relato me recuerda a una de mis vidas.
Pero cada vida nos fortalece y nos enriquece, nos prepara para ser mas felices en nuestra siguiente vida...
Miss Carrousel, creo que esta es una de las mejores entradas que he leído tuya.
ResponderEliminarMe ha gustado desde principio a final, desde los cuellos de Marilyn Monroe hasta las Red Vintage.
Pienso que del pasado podemos aprender infinito, y que las modas para algunos significa un estilo de vida.
La historia...me ha encantado, los cuerpos desintonizados, las metáforas, lo analógico.
Te ha quedado un relato muy bonito, yo por mi parte continuaré pasándome por aquí sin duda.
Un abrazo muy fuerte,
Martina.
Siempre me gustará cómo te expresas, esta entrada me ha gustado mucho, desde la primera línea. Sabes escribir, de eso no hay duda! Para mi siempre será un gusto leerte.
ResponderEliminarUn beso enorme
www.humanfilters.blogspot.com