sábado, 12 de septiembre de 2015

Autodefensa a las tres



Dejaste de llamar al segundo mes, quizás porque ya habías olvidado mi número,
quizás porque te habías dado cuenta de que era una auténtica perra.
Aunque eso siempre lo supiste.
O eso era lo que me repetía incansablemente hasta la rabia,
porque prefería el desprecio que tu ausencia le regalaba a mis inviernos
que haber admitido en voz alta y en acústico
que un día casi pierdo el equilibrio en tu azotea...




10 comentarios:

  1. Brutal, como de costumbre. Pero ¿en cuántos blogs publicas loca? ¡Que este lo acabo de encontrar!
    Te quiere y te admira,

    María

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno, corto pero muy bueno
    besos

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola!
    muy bonito, me encanta la entrada.
    Besos!

    ResponderEliminar
  4. Impactante, una llamada que no llega y una rabia expulsada de golpe.
    Me encanta.

    ResponderEliminar
  5. Qué bonito es esto de volver y escucharte vivirte y morirte en un poema.
    Porque para mí, eso es lo que has hecho.

    Me iré quedando ya por aquí mucho más a menudo.

    No tengo palabras para tu poema.

    ResponderEliminar
  6. Lo mejor de todo es poder escucharte. Vaya preciosidad que haces. No dejes de regalarnos tu voz y tu poesía.

    ResponderEliminar
  7. Qué manera de caer. Me gustan las azoteas. Espectacular.

    ResponderEliminar
  8. Desarmas con brutalidad muchos de mis sentimientos
    no dejes de hacerlo.

    www.humanfilters.blogspot.com

    ResponderEliminar
  9. Me emociona escucharte y me pone los pelos de punta :')
    Qué bonito escribes. No dejes de hacerlo nunca, por favor.
    Soy adicta a tus metáforas de amor y desamor.

    Un besito

    ResponderEliminar
  10. Admiro, realmente, tu forma de escribir. Transmitís tantas cosas con tan pocas palabras. Un placer leerte, como siempre!

    ResponderEliminar

Esta noche te espero mirando al sol ¡Venga valiente, salta por la ventana!